Las reglas del barrio: diviértete, no corras y no hagas fotos.
No hay motores. Aparcamos la bicicleta en una verja y nos adentramos a pie en Christiania, un barrio de Copenhague que surgió en plena revolución hippie de los años setenta cuando la antigua base militar fue okupada y declarada ciudad libre.
Podemos decir que te da la bienvenida a Christiania el tufillo a marihuana, las viviendas multicolores floreadas y ajardinadas, la famosa frase de peace&love, centros culturales, restaurantes como Café Nemoland donde nos comimos un buen brunch, pinturas callejeras y un entorno totalmente verde rodeado de agua.
En las 35 hectáreas de Christiania viven cerca de mil vecinos organizados en modo comuna hippie del siglo veintiuno. El gobierno danés les ha permitido autogobernarse parcialmente así que organizan asambleas en las que entre todos deciden las normas de la comunidad.