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Siempre tuve el templo de Abu Simbel en mente por los fascinantes relatos de arqueólogos, historiadores y periodistas. Aun sabiendo que el viaje a Abu Simbel era largo y cansado, estaba a escasos 300km y como a veces en la vida el tren pasa sólo una vez, lo cogí. Las dudas asolan al viajero pero mi respuesta es que sí merece la pena.
¿Cómo llegar?
En cualquier caso, como mínimo serán 3h ida, más lo que tardes en visitar el templo, más 3h vuelta por una carretera en buen estado pero solitaria y de puro desierto. La entrada son 175 libras (unos 8€) para adulto.
¿Quién lo descubrió?
El primero que lo vio fue el suizo Johann Ludwig Burckhardt en 1813 cuando estando en el templo de Nefertari…“por casualidad di algunos pasos alejándome hacia el sur, y mis ojos se posaron sobre la parte de cuatro estatuas colosales esculpidas en la roca”. Pero Johann no fue capaz de entrar.
Le dijo la ubicación de los templos a su colega italiano Giovanni Belzoni y fue este quien con mano de obra local consiguió en 1817 quitar parte de la duna de arena que tapaba el templo, excavar, encontrar un subterráneo y entrar al templo de Abu Simbel que había permanecido cerrado durante siglos.
¿Quién lo construyó y para qué?
Ubicado en Egipto en pleno territorio nubio pero muy cerca de la frontera con Sudán, Abu Simbel fue construido durante el siglo XIII A.C. en el reinado del faraón Ramsés II. Vanidoso el chaval, se dedicó el templo así mismo y a las deidades de Egipto, Amón Ra,Harmakhis y Ptah.
No solo es impresionante como trabajaban la piedra en aquella época sino la basta dimensión de las cuatro estatuas de Ramsés II, algo que se percibe especialmente cuando estas justo enfrente. Para que te hagas una idea entre las orejas de las estatuas de la fachada hay cuatro metros, los labios miden un metro…etc.
¿Qué pasó tras la construcción de la presa de Aswan?
Para controlar el caudal del río Nilo y para el desarrollo de Egipto fue necesario construir la presa de Aswan. Esto también tuvo connotaciones negativas y es que el embalse, el Lago Nasser, haría desaparecer el patrimonio cultural nubio porque los templos quedarían sumergidos al incrementarse el nivel del agua.
Por una vez en la historia, el mundo entendió el lenguaje universal del arte y para salvar el patrimonio nubio muchos países se pusieron de acuerdo para ayudar a Egipto y Sudan. Entre los templos a salvar estaba Abu Simbel el cual fue necesario cortar en grandes bloques y ensamblarlo de nuevo unos metros por encima del nivel del lago. Gracias a la participación española, tenemos el Templo de Debod en Madrid.
¿Cuál es el secreto más alucinante de Abu Simbel?
Al igual que los mayas, los egipcios también miraban mucho al cielo y nada en Abu Simbel fue dejado al azar. Dos veces al año, exactamente al amanecer el día del equinoccio de primavera y otoño, la luz penetra en el templo iluminando la cámara que aloja a Ramses, Amón Ra y Harmakhis. Curiosamente Ptah, dios de las tinieblas, no es alcanzando por los rayos de sol.
La historia me la podrán contar mil veces y mil veces me seguirá pareciendo fascinante y por ello la humanidad seguirá viniendo a soñar a los pies del faraon.
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Hola! tengo una duda, como es eso de la van compartida? se toma desde aswan, en algún punto específico?
Hola Luisa! Yo encontré la van a través del sitio donde me hospedé: “Baba Dool” guest house en Elephantina Island (Aswan) . Te sale mucho más barato con la van que si vas con la excursión del crucero.
Ellos te dicen a que hora tienes que estar en un punto concreto y te recogen. Por ejemplo, nosotros tuvimos que estar a las 4 de la madrugada en un muelle del Nilo e íbamos, si mal no recuerdo unas 12 personas.
disfruta Egipto!!!
Muchas gracias!!