Sultanato de Omán: paraíso del golfo

Salam aleikum, aleikum salam! Sigo sin hablar árabe pero en mi cuarta visita al golfo por fin he encontrado un país que me gusta y de momento muy desconocido, Omán.

El primer gran contraste respecto a mis anteriores viajes lo encontré en los omanís. Los días que estuve trabajando di con gente realmente simpática, sonriente y encantada de hablar, tanto ellos como ellas. Nada que ver con la prepotencia local que se respira en Emiratos o Kuwait. Analizando el panorama, pues creo que se debe a que en Oman no todo el mundo es multimillonario.

El segundo choque fue la ropa omaní de hombre. Todos los hombres del golfo llevan dishdasha pero el atuendo de la cabeza es distinto. Acostumbrada a los turbantes blancos y largos me chocó que en Omán se usen turbantes de variados colores y estampados que se enrollan enteros en la cabeza.

turbante hombre oman

Y si se trata de ¿funcionarios? o ¿altos cargos? en actos importantes, el traje de gala se completa con un cinturón y un khanjar (una daga) que además es el símbolo de la bandera de Oman.

Queridos, no todo iba a ser trabajar y gracias a mi anfitrión me pude llevar una visión del país muy completa. En cuanto sales de la capital, Mascate, empieza un desierto mucho mejor que el de Emiratos porque en Oman hay montaña, cañones y wadis.

Donde menos te lo esperas encuentras un agujero en la tierra con aguas transparentes, Dabad Sinkhole, donde te puedes bañar. Y yo como mujer estaba más que feliz porque me pude bañar en bikini, algo que sería impensable en Kuwait o Arabia Saudí.

oman sink hole

En Omán me he visto “libre” dentro de lo libre que se puede ser como mujer en esta zona del mapa. A un lado se bañaba una familia filipina en ropa, a otro lado emiratís con sus trajes tradiciones y yo en medio con bikini. Sin malos royos, cada uno a lo suyo.

Seguimos hacia Wadi Shab. Pocas son las palmeras que dan sombra pero en menos de una hora caminando bajo un sol abrasador, llegamos al agua y nadando nos adentramos en el cañón. Al final te espera una cueva donde los valientes pueden saltar.

oman wadi shab

Terminamos el día en una playa perdida del sur donde los agujeros indicaban que las tortugas habían pasado por ahí la noche anterior para poner sus huevos. Acampados en la playa, porque en Oman puedes poner la tienda donde quieras :), disfrutamos de la caída del sol y la salida de la luna mientras nos bañábamos.

De vuelta a Mascate volvimos a recorrer la misma carretera solitaria en la que apenas se ven coches, ni casas, ni hoteles. Oman es un país tan grande como Italia pero con sólo 4 millones de población.

Mascate como todas las ciudades del golfo no es bonita. Una vez más, una ciudad sin transporte público, con pocas aceras para caminar y un calor difícil de soportar pero Mascate se deja querer porque no es una ciudad de ciencia ficción como Dubai. Aquí las casas son de colores claros y bajas, dando lugar a barrios con aspecto residencial.

mezquita mascate oman

Nunca me imaginé haciendo yoga en Mascate, en una terraza con vistas al mar, viendo el atardecer y escuchando de fondo la llamada al rezo. Eso sí, sudé… la clase de yoga más dura que he hecho. ¿Quién me iba a decir que haría snorkel en unas islas con aguas cristalinas cercanas a Mascate? Y que en Mascate probaría el baba ganush, una crema de berenjena con aceite de oliva y pepitas de granada.

Un sinfín de cosas que me pillaron por sorpresa. Lo que sí esperaba, y nunca me defrauda, es encontrar una mezquita sin el peso de la historia, lujosa y brillante como todas las de la zona. Bien tapadita, sin que se intuya que tengo brazos y piernas, ningún pelo al aire y dentro!

Con esta historia de Omán me he extendido más que nunca en el blog pero desde luego, creo que la ocasión lo merecía 😉

2 comments on “Sultanato de Omán: paraíso del golfo

    • Hola Roberto!
      Como turista considero que es caro y que hay pocos medios para visitar el país tu cuenta a menos que tengas coche.
      Por otro lado, en Omán percibí una clase media que no se ve en Kuwait y Emiratos donde todos los locales son clase alta.

      ¡Feliz año! ¡Felices viajes en 2016!

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