El parte meteorológico de hoy recomienda girar el cabo de Artrutx antes de que el mar enfurezca con toda su ira. Sin dudarlo, madrugamos, achicamos agua y a navegar.
Desde Son Xoringer hasta Cala Blanca volvemos a vivir una hora larga de acantilados pero desde que hemos girado el faro el mar se ha convertido en un remanso de paz sin apenas movimiento y estamos disfrutando más que nunca de remar y del fondo marino que se ve perfectamente.
Cala Blanca y Cala Santandría son playas más urbanas que no tienen nada que ver con lo exótico de días anteriores pero no importa porque estamos motivadas ya que hoy terminamos.
En este tipo de aventurillas es mejor no cantar victoria hasta llegar a meta y quedó demostrado por los últimos km que vivimos hasta Ciutadella.
El mar se puso bravo, muy bravo, poniendo a prueba la estabilidad de los kayaks que noooo decepcionaron. Las olas atacaban por popa, proa, por la izquierda, la derecha, el movimiento incluso mareaba y aunque el kayak me hacía caso parecía que íbamos dando tumbos de ola en ola.