A parte de pedalear, otra de las motivaciones para este viaje era ver Austria más allá de Viena y Salzburgo así que han sido numerosas las veces que me he bajado de la bici para visitar las ciudades, pueblos y zonas naturales que se extienden a lo largo del Danubio.
Un buen ejemplo es Passau, ciudad fronteriza entre Alemania y Austria y lugar de comienzo de mi ruta en bici. Antes de empezar a pedalear aprovecho para subir a la colina donde se alza la fortaleza Veste Oberhaus desde donde hay una buenísima panorámica de Passau y los dos ríos entre los que se sitúa la ciudad.
Este primer tramo de ruta desde Passau a Schlogen lo he hecho por el lado norte/izquierdo del Danubio. Desde Passau hasta Obernzell se va por un carril bici pegado al río y por una carretera secundaria de escaso tráfico. En estos primeros kilómetros no puedes dejar de mirar el río porque su anchura abarca todo el paisaje.
Pasado Obernzell empieza la maravilla de pedalear a solas, sin ruido, entre naturaleza y siempre al borde del Danubio que a pesar de que estamos en Julio baja con un caudal capaz de arrastrar todo lo que encuentre a su paso. A lo largo del recorrido se ven numerosos pueblitos en la otra orilla que parecen salidos del cuento de Heidi.
Las montañas se van cerrando cada vez más quedando el Danubio encajonado y conduciéndonos al idílico paisaje de Schlogen. El camping está en la otra orilla así que todos los ciclistas nos montamos en un barquito que cruza al extremo sur/derecho del Danubio.
Antes del camping, aprovecho para caminar 30 minutos montaña arriba, siguiendo el sendero marcado con pintura azul y blanca en los árboles o siguiendo la señal “Linetshuber Aussich” con el fin de llegar a este impresionante mirador.
“La vida es como montar en bicicleta, si quieres mantener el equilibrio tienes que seguir avanzando”. Buena reflexión tras los primeros 40km llenos de ilusión. 🙂
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