Alguna vez pensé que Lisboa tenía playa probablemente porque en las fotos confundí el río Tajo con el mar. Seguro que no fui la única.
Erróneamente, también pensé que la Plaza del Comercio estaba metida de pleno y con sus cuatro paredes en el interior de la ciudad gracias a los fotógrafos que se empeñan en no sacar que uno de los lados de la plaza se abre de par en par al río Tajo.
He vivido mucho tiempo engañada sin saber que en este lugar podía encontrar unas hamacas en la orilla del río en las que comerme unas croquetas de bacalao con queso.
Siguiendo la orilla del río Tajo llegamos a otro lugar de Lisboa que genera confusión en las fotos. La de veces que ví el puente del 25 de Abril y la de veces que pensé que estaba de vuelta en el Golden Gate de San Francisco.
Este puente, únicamente para coches, es el más famoso de Lisboa pero hay otro puente sobre el río Tajo del que tenemos menos noticias y sin embargo es el puente más largo de Europa con sus 17km, el Vasco de Gama
Si la ruta del tranvía 28 es muy popular, no lo es menos la ruta del tranvía 15 que saliendo de la plaza de Comercio nos lleva a la torre de Belem también pegada al rio Tajo. Siempre nos la enseñan rodeada de agua pero aunque estemos en el río aquí también baja la marea.
En este barrio puedes echar la mañana porque además de la Torre de Belem está el monasterio de los Jerónimos y si tienes paciencia puedes aguantar la cola para probar los famosos pasteis de Belem.
Nos ha encantado este paseo por Lisboa y la orilla del Tajo en un Noviembre que parece primavera, un invierno que bien podría ser Mayo.