Ucrania: qué ver en Kiev III

Los días en Kiev tienen el adjetivo de barrocos por ese aire monumental de la ciudad y decadentes por esas fachadas que hacen volver al pasado.

Al final seamos del este o del oeste, el domingo es el día que elegimos para montar los puestos en la calle y Kiev no iba a ser menos. Desde la colina donde está la iglesia de San Andrés hasta la avenida principal puedes comprar sobre todo matrioskas y huevos de pascua.

En Kiev hay bares y restaurantes para todos los gustos. En Banka Bar pidas lo que pidas vendrá metido en un frasco desde la cerveza y los chupitos hasta el salo. No preguntes qué es y cómelo. Luego te enterarás de que es el snack ucraniano más “sano”, pura grasa/manteca de cerdo.

En otra de las colinas de Kiev y junto al río Dnieper está la “cuna del cristianismo ortodoxo”, el monasterio de Lavra. Dicen que es un lugar de peregrinación para los pueblos eslavos ya que es el más grande de Europa del Este y debe ser cierto porque estuvimos andando un montón por dentro y no encontramos las famosas cuevas donde vivían los monjes.

El monasterio de Lavra fue de las pocas iglesias que el comunismo no destrozó, no se atrevieron con semejante maravilla. Pero en los años de conflicto, lo que no hacían los comunistas lo hacían los nazis, así que en la segunda guerra mundial se cargaron parte del complejo y una vez más, otro monumento tuvo que ser reconstruido tras la independencia de Ucrania

Sin duda, esta es mi vista preferida de Kiev. Además de todas las iglesias que componen el monasterio de Lavra desde aquí se aprecia la gran anchura del río Dnieper. En la islas que se forman en mitad del río hay parques, restaurantes y bares, algunos pegados a la orilla y con buenas vistas tanto de la Estatua de la Madre Patria como de Lavra.

Curioso que la estatua de la Madre Patria mire a Rusia. Habría que preguntarles ahora a los ucranianos qué opinan de su “madre patria”.